7 lecciones prestadas para liderar y ejecutar
Ideas de grandes líderes para desafiar a tu equipo, enfocarte en lo que importa y ejecutar con impacto.
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Ha pasado un tiempo desde la última newsletter. No porque me haya quedado sin cosas que decir, sino porque la vida se metió en el camino. Me estuve mudando de apartamento y, en medio de todo, mi perrita Milú enfermó. Fueron semanas intensas, pero ahora ya estamos instalados y Milú está mucho mejor.
Entre el trabajo, las visitas a la veterinaria y mi nuevo rol part-time como “maestro de obra” en el nuevo apartamento, también me invitaron a dar una charla sobre liderazgo y ejecución. Acepté sin dudarlo: hablar en público es algo que disfruto. Sin embargo, pronto me enteré de un pequeño detalle: la audiencia estaría llena de líderes experimentados, personas que admiro y, lo más intimidante, mi jefe.
Y ahí fue cuando me dio el famoso síndrome del impostor.
¿Qué podía decirles sobre liderazgo que ellos no supieran? ¿Con qué autoridad iba a pararme frente a ellos a hablar de ejecución?
Pero luego recordé algo: la autoridad es algo que se puede pedir prestado.
No tenía que pararme ahí pretendiendo que lo sabía todo. No tenía que demostrar que era el más experimentado en la sala. Solo tenía que hacer lo que los mejores líderes hacen todo el tiempo: apoyarme en la experiencia de otros.
Así que eso fue lo que hice. En lugar de hablar solo desde mi perspectiva, estructuré la charla en torno a lecciones aprendidas de los mejores líderes que conozco. Me convertí en un canal para amplificar sus ideas, en vez de intentar imponer las mías. Y funcionó.
Por eso, en esta newsletter haré lo mismo. Voy a compartir siete lecciones de liderazgo de personas que han marcado la diferencia. Algunos siguen con nosotros. Otros no. Pero su impacto sigue presente.
Si logramos interiorizar y aplicar estas lecciones, no solo lideraremos mejor, haremos que las cosas realmente sucedan.
Lección No. 1 – Cultura de alto desempeño
Prestamista de autoridad: Reed Hastings (Netflix)
La mayoría de las empresas dicen que son “una familia”. Suena bonito, pero es una mentira peligrosa. En una familia, te aceptan sin importar tu rendimiento. En un equipo de alto desempeño, no. Si el equipo no rinde al máximo, el producto fracasa.
Netflix lo entendió mejor que nadie. Reed Hastings diseñó una cultura donde la excelencia no es opcional. No porque fuera cruel, sino porque entendía una verdad incómoda: el talento mediocre arrastra a todo el equipo. Su filosofía lo dice todo: "Somos como un equipo deportivo profesional, no una familia."
Y si lo piensas bien, tiene todo el sentido. Un equipo campeón no mantiene jugadores solo porque “se esfuerzan mucho”. Los mantiene porque rinden al máximo y hacen mejores a los demás. En producto pasa lo mismo. Un PM que no empuja el estándar del equipo lo está frenando. Un Product Designer que no se desafía a sí mismo está limitando lo que se puede construir. Un desarrollador que solo ejecuta sin pensar en el impacto es un lujo que un equipo de alto desempeño no puede darse.
Aquí está la clave: esto no se trata solo de los demás. Se trata de ti también. No puedes exigir alto rendimiento si no lo encarnas primero. ¿Estás siendo un PM que impulsa al equipo? ¿Estás dando feedback claro y directo o solo dejando que las cosas pasen? ¿Estás buscando formas de mejorar cada semana o te conformaste con lo que ya sabes?
Liderar un equipo de producto no se trata de mantener a todos cómodos, sino de hacerlos crecer, incluyéndote a ti mismo. Y crecer duele. A veces significa tener conversaciones incómodas. Otras veces, empujar a alguien más allá de su zona de confort. Y sí, en algunos casos, significa aceptar que una persona ya no encaja y ayudarla a encontrar otro camino.
Netflix no se convirtió en lo que es por ser "buena onda" con su gente. Lo hizo porque entendió algo clave: una cultura de alto desempeño no se declara, se construye cada día con estándares claros, feedback constante y decisiones difíciles.
Lección No. 2 – Confianza y rendimiento
Prestamista de autoridad: Simon Sinek (Start With Why, Leaders Eat Last)
Muchos equipos creen que el alto rendimiento se trata de talento. Que lo único que importa es tener a las personas más inteligentes, rápidas y capaces. Pero están equivocados.
Simon Sinek lo vio en los Navy SEALs, una de las unidades de élite más exigentes del mundo. Cuando les preguntó cómo eligen a los mejores, la respuesta fue clara: prefieren a alguien confiable antes que a alguien extremadamente talentoso pero en quien no pueden confiar.
Esto rompe con la idea tradicional de "el mejor en lo que hace". Puedes tener al desarrollador más brillante o al PM con la mejor visión estratégica, pero si no generan confianza, si no trabajan bien con otros, son un problema, no un activo.
Aquí es donde muchos equipos fallan. Promueven a la gente por su desempeño individual sin evaluar su impacto en el equipo. Celebran a los "rockstars" que entregan grandes resultados pero destruyen la moral con su ego. Y luego se preguntan por qué el equipo no escala.
El rendimiento sin confianza es una bomba de tiempo. Los mejores equipos no son los que tienen más talento, sino los que saben que pueden contar unos con otros. Que pueden admitir errores sin miedo, pedir ayuda sin parecer débiles y saber que, cuando las cosas se pongan difíciles, nadie los va a dejar solos.
Al ser PM, esto empieza contigo. No basta con hacer bien tu trabajo; debes ser una persona en la que tu equipo pueda confiar. Que cumples lo que dices. Que no te desapareces cuando las cosas salen mal. Que eres capaz de admitir cuando te equivocas.
También debes promover esto en tu equipo. Si alguien es brillante pero no genera confianza, no lo ignores. Ten las conversaciones que sean necesarias para que lo entiendan. Y si no cambia, toma acción. Un equipo donde la gente se cuida la espalda entre sí siempre superará a un grupo de individuos talentosos que solo piensan en sí mismos.
La gente se olvida rápido de quién era el más talentoso en la sala. Pero nunca olvida a quién le pudo confiar todo sin dudarlo.
Lección No. 3 – Empoderamiento y decisión
Prestamista de autoridad: Jeff Lawson (Twilio, Ask Your Developer)
Los equipos no fallan por falta de talento, fallan porque les quitan el poder de decidir. Decisiones que deberían tomarse en minutos tardan semanas. Ideas innovadoras mueren en un mar de aprobaciones. Y lo peor: la gente deja de pensar por sí misma porque está acostumbrada a recibir órdenes.
Jeff Lawson, cofundador de Twilio, construyó su empresa con una idea clave: los desarrolladores no necesitan instrucciones, necesitan problemas que valga la pena resolver. En Twilio, en lugar de imponer soluciones desde arriba, daban contexto y libertad para innovar. Porque las mejores ideas no vienen de los ejecutivos, vienen de las personas más cercanas al problema.
Como PM, esto es crucial para ti. Tu trabajo no es tomar todas las decisiones. Es asegurarte de que las decisiones se tomen bien. Si microgestionas cada paso, no solo ahogas la creatividad del equipo, también te conviertes en un cuello de botella. El equipo no necesita más instrucciones, necesita más contexto y confianza.
La diferencia entre un PM promedio y uno excepcional está en cómo dirige las conversaciones. Un PM mediocre dice "Hagan esto." Un buen PM pregunta "¿Cuál crees que es la mejor solución?" y ayuda al equipo a llegar ahí. No necesitas ser la persona más inteligente en la sala. Necesitas asegurarte de que las mejores ideas salgan a la luz.
Si sientes que todo pasa por ti, es una señal de que algo está mal. Revisa si estás dando demasiadas instrucciones en lugar de hacer las preguntas correctas. Revisa si las decisiones se traban porque la gente tiene que pedirte permiso para todo. Y si es así, empieza a soltar el control.
Los equipos de alto desempeño no necesitan que alguien les diga cada paso a seguir. Necesitan claridad, autonomía y confianza. Dáselo y te sorprenderá lo que pueden lograr.
Lección No. 4 – Honestidad radical y feedback
Prestamista de autoridad: Kim Scott (Radical Candor)
Ser un buen líder no significa ser siempre amable. Significa decir la verdad, incluso cuando incomoda. Porque la peor forma de fallarle a tu equipo es callarte cuando deberías hablar.
Kim Scott, ex-ejecutiva de Google y Apple, vio cómo muchas empresas evitaban el feedback sincero por miedo a parecer groseras o herir sentimientos. El problema es que, sin feedback real, nadie mejora. Los equipos se vuelven mediocres no porque la gente no quiera crecer, sino porque nadie les dice lo que realmente necesitan escuchar.
Su enfoque se resume en una idea simple: "El punto de la franqueza radical es que te preocupas personalmente y desafías directamente al mismo tiempo." Si realmente te importa alguien, le dices la verdad. No por crueldad, sino porque quieres verlo crecer.
En tu rol como PM, este es tu trabajo. No puedes permitir que el miedo a incomodar te haga suavizar la verdad. Si alguien en tu equipo no está rindiendo bien, díselo. Si una iniciativa está tomando el camino equivocado, dilo. No esperes a que el problema se haga más grande, no dejes que se acumule. Cuanto antes des el feedback, más fácil es corregir el rumbo.
Y esto no es solo para los demás. Tú también debes recibir feedback sin ponerte a la defensiva. Si alguien te dice que puedes mejorar algo, no lo tomes como un ataque. Agradécelo. Significa que esa persona apuesta por ti en lugar de dejarte cometer errores en silencio.
La retroalimentación constante es la única manera de crecer rápido. Si en tu equipo nadie se desafía mutuamente, si todo el mundo evita las conversaciones incómodas, tienes un problema. Cambia la cultura. Empieza por ti. Da feedback claro, pídelo de vuelta y haz que sea normal.
No hay mejor regalo que alguien que te dice la verdad cuando más lo necesitas. Y no hay peor traición que ver a alguien fallar por miedo a decirle lo que debía escuchar.
Lección No. 5 – Velocidad e iteración
Prestamista de autoridad: Eric Schmidt (Google)
Si esperas a tener todas las respuestas antes de actuar, ya perdiste. Los mejores equipos no avanzan porque saben todo, avanzan porque aprenden rápido.
Eric Schmidt, ex-CEO de Google, construyó una cultura donde la experimentación y la velocidad importaban más que la certeza absoluta. Mientras otras empresas se quedaban atrapadas en reuniones interminables buscando la decisión “correcta”, en Google probaban, medían y ajustaban antes de que la competencia siquiera se moviera.
"Dirigimos esta empresa con preguntas, no con respuestas." No se trata de tener razón desde el inicio, sino de estar en constante búsqueda de mejores soluciones. La innovación no es un golpe de suerte, es el resultado de ciclos rápidos de prueba y error.
Si eres PM, esto significa que no puedes permitir que tu equipo quede paralizado esperando más información, más validaciones o el momento perfecto. Tomar decisiones rápido, con la mejor información disponible, es mejor que esperar una certeza que nunca llega.
No se trata de actuar sin pensar. Se trata de hacer apuestas inteligentes y aprender lo más rápido posible. En lugar de construir algo durante meses para descubrir si funciona, busca la forma más rápida de validarlo. En vez de obsesionarte con los riesgos de equivocarte, preocúpate por los riesgos de no moverte.
El peor error que puedes cometer no es fallar, es no intentar nada por miedo a fallar.
Lección No. 6 – Foco y reducción de ruido
Prestamista de autoridad: Steve Jobs (Apple)
La ambición puede ser peligrosa. Tener muchas ideas, muchos proyectos y muchas prioridades suena bien, pero en la práctica, demasiado enfoque disperso mata la ejecución.
Steve Jobs lo experimentó de primera mano cuando regresó a Apple en 1997. La empresa estaba al borde de la quiebra, con docenas de productos compitiendo entre sí y sin una dirección clara. Su primera gran decisión fue eliminar el 70% de ellos. En lugar de intentar hacerlo todo, redujo el enfoque a unos pocos productos y se aseguró de que fueran excepcionales.
"Enfocarse no es decir sí, es decir no." No se trata solo de elegir qué hacer, sino de ser implacable con lo que no vale la pena. Cuando todo parece importante, nada lo es.
Esta es una de las habilidades más críticas que debes desarrollar como PM. No puedes dejar que el equipo se ahogue en una lista infinita de iniciativas. No puedes decir que todo es prioridad. Tu trabajo es definir con claridad en qué vale la pena invertir tiempo y energía, y tener la disciplina de descartar lo demás.
Menos, pero mejor. Elimina reuniones innecesarias, corta funcionalidades que nadie usa, di no a iniciativas que no tienen impacto claro. La clave del buen producto no es cuántas cosas hace, sino qué tan bien resuelve lo esencial.
El foco no es algo que se logra una vez y ya. Es un ejercicio constante de simplificación. Y la diferencia entre un equipo promedio y uno imparable está en qué tanto se atreven a dejar ir.
Lección No. 7 – Liderazgo es ayudar a otros a ser grandes
Prestamista de autoridad: Bill Campbell
Antes de cerrar esta newsletter, quiero hablar del prestamista de autoridad definitivo. Alguien que no solo es referente en liderazgo, sino que fue coach de tres de las personas que mencionamos en esta lista, y de muchos más.
Bill Campbell no es un nombre tan conocido fuera de Silicon Valley, pero si miras quiénes confiaron en él, te das cuenta de su impacto. Fue mentor de Steve Jobs, Eric Schmidt, Jeff Bezos, Larry Page, Sergey Brin y muchos otros. Cuando los ejecutivos más brillantes del mundo tenían que tomar decisiones difíciles, Bill era la persona a la que llamaban.
Yo admiro profundamente a Bill Campbell. Su visión del liderazgo es simple, pero poderosa. Por eso me parece la mejor lección para cerrar esta newsletter.
"El liderazgo consiste en reconocer que hay grandeza en cada persona, y tu trabajo es crear un entorno donde esa grandeza pueda emerger."
Los mejores líderes no son los que acaparan el protagonismo, son los que hacen que su equipo brille. No están obsesionados con demostrar que son los más inteligentes, sino con ayudar a otros a alcanzar su máximo potencial.
El mejor liderazgo no se trata de destacar individualmente, sino de elevar a quienes te rodean. No se trata solo de definir hojas de ruta o priorizar funcionalidades, sino de hacer que el equipo crezca contigo. Ayudar a que un desarrollador pase de bueno a excelente. Desafiar a un Product Designer para que vea más allá del diseño de la interfaz. Darle a un analista el contexto que necesita para aportar insights más valiosos. No porque seas su jefe, que no lo eres, sino porque eres su aliado en la creación de un gran producto.
Y esto requiere trabajo. No basta con comunicar una estrategia y esperar que todo salga bien. Necesitas entender las dinámicas del equipo, eliminar bloqueos, hacer las preguntas correctas y generar las conversaciones que lleven a mejores decisiones. El liderazgo en producto no es sobre tener el control, es sobre empoderar a los demás para que puedan dar lo mejor de sí.
La mejor medida de tu éxito no es lo que tú logras, es lo que el equipo logra cuando trabajas con ellos.
Cada una de estas lecciones tiene algo en común: liderar no es sobre ti, es sobre lo que logras con otros.
No se trata de ser el más inteligente en la sala, sino de crear un equipo que tome las mejores decisiones. No se trata de dar respuestas, sino de hacer las preguntas correctas. No se trata de hacer más cosas, sino de enfocarte en lo que realmente importa.
Liderar en producto no es un rol de autoridad, es un rol de impacto. Tu equipo no necesita a alguien que dicte cada paso, sino a alguien que los ayude a ser mejores. Necesita a alguien que empuje el estándar, que genere confianza, que facilite la ejecución y que no tenga miedo de decir la verdad cuando más se necesita.
Y lo más importante: liderar no es un destino, es un proceso. No hay un día en el que de repente "ya eres un gran líder". Es una práctica diaria de aprendizaje, iteración y mejora. Así que no te quedes solo con estas lecciones, sal ahí afuera y ponlas en práctica.
Porque al final, el liderazgo no se mide por lo que sabes, sino por lo que cambias.
¡Gracias por leer! Puedes seguirme en LinkedIn, donde semanalmente comparto contenido sobre Product Management y liderazgo.
Que tengas un buen día 🙏
Rómulo
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Genial post, mucho aprendizaje de los mejores. Me llevo varios libros para investigar y seguir profundizando. Algunas de estas personas no las tenía en el radar, he tenido que preguntar a ChatGPT😅, pero su legado en el mundo de la tecnología y el liderazgo es impresionante. ¡Gran aporte!
Que gran artículo!!! Gracias por este resumen de lecciones. Me las llevo todas para aplicarlas en mi trabajo!